viernes, 14 de julio de 2023

Cuando una rosa nos duraba mucho más que cualquier empleo

 CUANDO UNA ROSA NOS DURABA MUCHO MÁS QUE CUALQUIER EMPLEO
(Quan el temps era temps, no això d'ara binari, esbocinat i inconnex, gairebé sense relat i que cal "gestionar". Quan no existia el Cronograma, el Planner, la pressa, i el temps no era un càstig.
En algun racó encara se'l troba, diuen.
És poesia, sí. Permeteu-vos per un breu instant de retrobar una altra mena de temps.
I de seguida, com el conill a Wonderland, seguim...)

De mis tiempos, María Elena Walsh

En mis tiempos había tiempo.
Recuerdo bien que por ejemplo
la higuera derramaba esparcimiento
y una rosa nos duraba
mucho más que cualquier empleo.
Por otra parte las siestas
se pedían prestadas a la muerte.

Quizás el tiempo era como las frutas,
se regalaba a los vecinos
después de verlo madurar.
Se compartía en las veredas,
entre abanicos y señores
de sosegada camiseta,
mientras parsimoniosamente
iban escobas y venían
amontonándolo como importante.
Y la eternidad, sentadita
en su silla de paja, porque sí.

Es que era siempre tan temprano
y tan segura la abundancia,
la inundación de treguas oportunas,
que se guardaba el tiempo en los sombreros
y un día se lo derrochaba todo
en un solo saludo, saludando.

Uno viajaba en libro a todas partes
y visitaba diferentes ocios:
el de al lado, el de enfrente, el de las tías.
No se había inventado
el maleficio de la prisa, no.
De ninguna manera. Los espejos
esperaban de sobra
que uno peinara su pausado pelo,
que uno se terminara de encontrar.

El tiempo era un perfume y no venía
nadie a medirlo ni guardarlo en cajas.
Los trenes todo lo que hacían
era aludirlo en los horarios.

Se podía llorar a gusto
porque eran lentos los rincones,
o quizás porque había aún macetas
donde depositar una lágrima
sin que las flores se opusieran.
O porque la llovizna hablaba
en un idioma sin resentimiento.

Todos usaban tiempo y lo perdíamos,
cómplices de su lujosa concurrencia,
y hasta el hastío
era un modo de ser de los balcones
que enternecía delicadamente.

Creo que todavía queda un poco
de tiempo verdadero, pero lejos.
Pero muy lejos, en algunos patios,
refugiado en aljibes.
Se queda todavía en niños solos
que reinan sobre umbrales
y en la lustrada majestad del gato.
Supongo, ya no sé, nada sabemos.

Tiempo sin ser castigo.
Yo llegué a conocerlo: está enterrado
en lo más vivo de mi corazón.

Después vinieron los Relojes.


Saps? - Enric Casases

SAPS?
cel amunt de les estrelles
més enllà de la galàxia
on s’acaba el meu jardí 


comença un altre jardí
comença una altra galàxia
són unes altres estrelles

 
hi ha una branca i una pedra
una pedra que entrebanca
i fa caure cap amunt

 
i al damunt del capdamunt
on fins l’espai s’entrebanca
s’hi pot seure en una pedra 


cel enllà de les estrelles
als confins de la galàxia
on s’acaba el meu jardí

Del seu poemari La tonalitat de l'Infinit.

No sé jugar amb màscares - M.Àngels Anglada - Poesia

 No sé jugar amb màscares


Maria Àngels Anglada

No sé jugar amb màscares, amics.
Estimo massa les paraules nostres
de molts llavis de cendra, crit i flama.
No em serveixen per fer-ne hàbil disfressa
d'uns pocs pensaments clars
ni per bastir-me, en arbres de misteri,
nius de somnis remots. A la cruïlla
dels camins de la nit, la veu ressona:
hem escollit, en l'espera de l'alba
els dards de la veritat, o un dur silenci.